viernes, 20 de julio de 2012

¿GOBIERNO ILEGÍTIMO?

España tiene en estos momentos un Gobierno que carece de legitimidad para ejercer sus funciones. El movimiento 15-M hizo numerosas propuestas para convertir esta democracia representativa en un sistema que dé voz a los ciudadanos en el día a día y no solo cada 4 años. Tanto el Ejecutivo socialista de Zapatero como ahora el de Rajoy, han incumplido sus compromisos con los electores haciendo exactamente lo contrario de lo anunciado en sus programas electorales. Cuesta creer que quienes defienden esta democracia con tanta pasión no se den cuenta de que hay un injustificable vacío constitucional que permite gobernar a través del fraude. El Estado lo combate en todas sus formas, pero no cuando lo cometen los políticos.


Es cierto que hay un mecanismo que permite a los ciudadanos expresar su opinión: el referéndum. El artículo 92 de la Carta Magna dice que “las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo”, que debe proponer el presidente del Gobierno. Es más que improbable que, quien ha mentido a los ciudadanos, vaya a darles la oportunidad de utilizar una herramienta que fue pensada para servir a los intereses de quien ejerce el poder.

Rajoy reprochó públicamente a Zapatero haber realizado los mayores recortes sociales de la democracia y añadió: “yo lo que no llevo en mi programa no lo hago”. Era un compromiso contundente que no daba opción a justificaciones de ningún tipo para desdecirse. El mismo presidente del Gobierno ha admitido que está haciendo lo contrario de aquello a lo que se comprometió y lo ha justificado diciendo, entre otras cosas, que no tiene libertad para elegir. Ha reconocido que él no tiene capacidad para decidir (lo hace Bruselas) y que el país ha perdido soberanía en aspectos vitales de la gestión.

Dudo que haya “decisiones políticas” de más trascendencia que las que ha tomado Rajoy (y en su día Zapatero) que justifiquen un referéndum. Una consulta sobre esas decisiones lo sería también sobre su legitimidad para gobernar y sobre la pertenencia a una moneda que interesa especialmente a los países más prósperos, como Alemania, que parece decidida a conquistar Europa, esta vez con armamento económico, en una Tercera Guerra Mundial de guante blanco.

(Foto de Sergio Pérez. Agencia Reuters)